Duiliana Sánchez y el por qué vive hace 30 días en el aeropuerto Jorge Chávez: UN CALVARIO
La historia de Duiliana Sánchez ha conmovido a muchos, pues lleva 30 días viviendo en el aeropuerto Jorge Chávez de Lima, sin poder entrar ni salir del país. Esta ciudadana venezolana enfrenta un verdadero calvario mientras se encuentra atrapada en un limbo burocrático que le impide ingresar al Perú.
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¿Por qué Duiliana Sánchez vive en el aeropuerto Jorge Chávez?
De acuerdo al reportaje de Cuarto Poder, la joven venezolana Duiliana Sánchez reside en el Perú desde el 2019. Pero en septiembre del 2023, decidió viajar a Europa con su pareja. Ante ello, Migraciones le dio un mes de permiso, para que saliera del país. Sin embargo, estando en Italia, le robaron su pasaporte y allí empezaron los problemas. Se le venció el permiso temporal y ya no puede ingresar al Perú y no quiere regresar a Venezuela. La razón: toda su familia vive en territorio peruano.
Su abogado lo explica así:
«Ella va a la embajada peruana para pedir un salvaconducto, pero no le pueden otorgar, tiene que irse a la embajada venezolana para que regrese a Venezuela. Por eso, no puede regresar a Perú. Ella tiene que volver a tramitar su pasaporte en Venezuela, pero se lo entregan recién en enero, que es cuando vence su permiso temporal en Perú».
Ante ello, desde el 30 de enero vive en el aeropuerto Jorge Chávez, a la espera de que las autoridades hagan algo al respecto.
¿Cómo vive Duiliana Sánchez en el aeropuerto Jorge Chávez?
Realmente es un viacrucis. Duiliana cuenta que tiene que las bancas de la sala de embarque del aeropuerto Jorge Chávez de Lima se han convertido en su cama. Una no tan cómoda, obviamente. Allí duerme, pero no descansa. Dice estar cansada, sufrir depresión y desesperación por salir del lugar y ver a su familia. Sus padres la van a visitar al aeropuerto, pero no los puede ver. No le pueden entregar ropa, alimentos, ni mucho menos medicina. Está sola.
Pero según Duiliana, no es la única ciudadana que afronta esta situación. Un ciudadano africano vive en el aeropuerto hace también un mes, y otro ciudadano asiático vive hace más de dos meses. Ella espera no tener que pasar eso. Quiere que su calvario termine ¡ya!